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domingo, 5 de septiembre de 2010

2.0.1.2 FIN DE LA PROFECIA MAYA


La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.

Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los “antiguos mayas” es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a la creencia popular, la civilización maya nunca “desapareció”. Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.
La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, El Chilam Balam son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado milenios de historia.
Las losas de piedra tallada usualmente llamadas estelas (los mayas las llamaban Tetún, o “tres piedras”), que describen a los gobernantes junto a textos logográficos que describen sus genealogías, victorias militares, y otros logros.
Existe desacuerdo entre los que interpretan los augurios y las profecías sobre si en el año 2012 tendrán lugar el fin de la civilización, o si en cambio la humanidad se elevará a un nivel superior. No hay evidencia científica de ningún tipo que soporte estas creencias. Numerosas fuentes interpretan la finalización del décimo tercer ciclo B'ak'tun en la cuenta larga del calendario maya (que ocurre el 21 de diciembre según la correlación más confiable) como indicación de que tendrá lugar un cambio importante en el orden mundial.
El calendario maya es cíclico, porque se repite cada 52 años mayas. En la cuenta larga, el tiempo de cómputo comenzó el día 0.0.0.0.0 4 ahau, u 8 cumkú (en notación maya) que equivale al 13 de agosto del 3114 a. C. en el calendario gregoriano y terminará el 21 de diciembre de 2012.
Aquí hay alguna información adicional del sitio Web de Adrian Gilbert, co-autor del libro Las Profecías Mayas - The Mayan Prophecies (el otro co-autor es Maurice Cottrell): El descubrió que el Códice Dresden en sí mismo, fue referido a la astronomía que proporcionaba las tablas detalladas de los eclipses lunares y otros fenómenos. Estos son tan exactos que ponen a nuestro propio calendario en vergüenza. El también encontró evidencia para un “curioso número mágico” -1,366,560 días, lo cual puede ser descompuesto en un número de maneras, y el cual armonizaba los ciclos de Venus y Marte con dos ciclos “anuales”, también usados por los Maya. Los sagrados 260 días del tzolkin y el Haab de 365 días-.

No obstante, se encontró que tenían otro sistema de contar los días, relativo a una fecha de comienzo, llamado el Nacimiento Venus, siendo ahora conocido el 13 de agosto de 3114 A.C. Este calendario estaba dividido en “meses” o uinales de veinte días, “años” o tuns de 360 días y períodos más largos de 7200 días, (el Katun) y 144,000 días (el baktun).

En 1986, Maurice Cotterell propuso una revolucionaria teoría referente a los ciclos solares y astrológicos. El había sospechado, desde algunos años atrás, que el cambio magnético variable del sol tenía consecuencias para la vida en la Tierra. El sol tiene un complejo campo, el cual se retuerce a sí mismo en nudos. Mucha tiempo se ha sospechado que estas retorcidas o lazos dan surgimiento a manchas solares, las cuales son defectos oscuros en la piel del sol.

El número, tamaño y localización de las manchas solares está constantemente cambiando, y, como un antiguo oficial de Radio, Cotterell estaba muy consciente de que tenían profundos efectos sobre el envoltorio magnético de la Tierra, la magnetósfera. Mientras estaba trabajando como Jefe de Ingeniería Eléctrica y Comunicaciones (estados) en el Instituto Cranfield de Tecnología, el ideó un programa que computaría la relación entre el campo magnético del sol y la Tierra.

Como era de esperarse, su modelo predijo que debía de haber un ciclo de manchas solares de aproximadamente once años y medio, correspondiendo exactamente a lo que ha sido observado durante varios siglos, correspondiendo cercanamente a lo que ha sido observado en el lapso de varios siglos. Sin embargo, el también encontró evidencia gráfica para ciclos más largos, incluyendo un período de 1,366,040 días. Su trabajo dio un nuevo vuelco cuando el leyó acerca del súper numero maya del Códice de Dresden: 1,366,560 días. Esto era exactamente dos ciclos de 260 días más largo que su teórico período de manchas solares. El, por lo tanto, propuso que ambos estaban relacionados.
Los ciclos de manchas solares dan lugar a mayores aberraciones solares, en las cuales el campo magnético del Sol se invierte periódicamente, causando que se cambien los polos de la Tierra, resultando así en cataclismos. Según Cotterell, las inversiones solares vienen en grupos de cinco, las cuales, juntas, componen un gran ciclo de 18,139 años. Las cinco “edades” no son todas de la misma longitud, debido a complejos ritmos solares, de los cuales Cotterell hizo un modelo computarizado usando solamente tres variables.

Tres de las edades duraron 3553 años cada una, mientras que las dos últimas duran 3,740 años cada una.

Éstas están supuestas a corresponder al mito maya o azteca de cinco (o cuatro) edades. Un número clave aquí es el Códice de Dresden, escrito en anotación de Cuenta Larga como 9.9.16.0.0 Esto corresponde a una fecha en 627 DC, la cual son 1366560 días después de la supuestamente llamada Cuenta Larga “fecha cero” allá en el año 3114 AC.

La proximidad de éstos números está supuesta a demostrar que los Mayas estaban conscientes de los ciclos de manchas solares, inversiones en el campo magnético del Sol, y esto es porqué la Cuenta Larga señala la fecha 2012 DC como la Edad Mundial de la destrucción cataclísmica.
Dice: “De sus estudios… Cotterell ha concluido que la profecía maya para el final de la quinta edad se refiere al campo magnético de la tierra – alrededor de 2012 DC.”…

Otros calendarios:
El calendario hindú Kali Yuga comenzó el 18 de febrero de 3102 BC.

Solamente hay una diferencia de 12 años entre el comienzo hindú del Kali Yuga y el comienzo del Quinto Gran Ciclo Maya. Es asombroso que ambos calendarios comenzaron casi al mismo tiempo, hace más de 5,000 años y ambos calendarios predicen un mundo totalmente nuevo y/o una edad dorada después de aproximadamente 5,000 años dentro de sus calendarios. Definitivamente, estamos en algo con estas predicciones maya e hindú para 2012.

La profecía Hopi es una tradición oral de historias que se dice que los Hopis predijeron la llegada del hombre blanco, las guerras mundiales y las armas atómicas. Y predice que ese tiempo terminará cuando surja la humanidad hacia el “quinto mundo”. El calendario maya predice un fin similar en 2012; algunos Hopis han dicho que su profecía coincide más o menos con ese tiempo.
La tradición dice que los años después de 2012 podrían ser una edad dorada con los humanos en paz. También dice que el mundo atravesará un tiempo de juicio, sufrimiento y purificación antes de llegar a un tiempo de “un solo corazón”.

Video Maya de History Channel

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Pirámide de Kukulcán

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No sé si serán capaces de predecir el fin del mundo o no, pero cuando llegue ese momento poco importará.

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